Fueron nuestros hijos e hijas menores
quienes
desataron los barcos mientras dormíamos y
zarparon
como pájaros sobre el lomo del océano. Sus
notas explicaban
lo cansados que estaban de nuestro miedo.
Cómo opacaba
las linternas de su risa y arrancaba plumas
de su alegría tímida y regordeta. El océano
complementaba sus ropas de gala con un
sombrero oscuro
y estaban decididos a llegar a su fondo:
exactamente lo que temíamos.
«Treintaicinco»
* * *
El océano nunca ha tenido una biógrafa como Sue Goyette. Viviendo en la ciudad portuaria de Halifax (Nueva Escocia, Canadá), los días de Goyette están marcados por el hecho sustancial del Atlántico Norte, tanto por su presencia física como por sus connotaciones metafóricas. Y como muchos de los hechos abrumadores de la vida, nuestra conciencia de la importancia y el impacto del océano aumenta y disminuye a medida que el océano a veces acecha en el fondo, a veces se impone a nosotros, pero siempre, constantemente, es.
En Océano Goyette elabora una especie de relato alternativo y apócrifo de nuestra relación con el océano.
Océano recibió el premio Lieutenant Governor of Nova Scotia Masterworks Arts, uno de los más prestigiosos que concede el gobierno de esta provincia canadiense.
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